Feyerabend legendario filósofo de la ciencia, derrochador de arguementos, anaquista y provocador patentado (noche de juerga, significa su apellido), cuenta en su autobriografía que al ser herido en la guerra quedo semi rengo de una pierna por lo cual siempre usaba bastón, su mitica cara de duende burlona y sus aspavientos teorico-fantoches, "anarquistas" y bufonezcos, ocultaban una callada verdad intima: su pitito estaba más dormido y desarticulado que el mismisimo método cientíco que tan duramente ridiculizaba.
¿Por que no se apareció una figura ati-ANTI-METODO y se las dió de cantante de ópera de actor y traductor y soltó argumentos ad hominem, que lo molestarán y pusieran como sujeto frustrado que no se pudo dar el tiempo de tener hijos por usufructuar su propia imagen de locuaz disparatador de verdades cientificas?
Si acaso Paul Feyerabend pudiera confesar porqué atacó tan duramente la ciencia y su "empresa" seguro diria: "pues por que, pese a sus avances, nunca podieron resucitarme el penencillo y por eso los odio" su esposa Gracia Borinni, dama respetable a quien enamoró en sus lecturas en Berkeley, publicó postumamente la autobiografía de su esposo "Matando el Tiempo"
¿Regresamos al tema del pencillo de marmol? mejor no, pensemeos cada quien en las tetas mas deliciosas o el el pitito mas saludable, o los modales mas esquizitos o la litetartuta menos sexista que podamos imaginar.
Con esa imagen cerremos los ojos antes de comenzar el primer capitulo.
Acerca de mí
- alex garrick
- Explorar el lado femenino en mi persona es de lo más sencillo. No tengo que ponerme a meditar desnudo en un baño de lodo escuchando un coro de niños con canciones en otomí; o pensar en mi mamá dando a luz y de trasfondo el Iztatzihuatl; tampoco debo de leer a Jaime Sabines por ejemplo su poema de que le encanta Dios: . "A mí me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas. Y es tan juguetón y travieso que el otro día descubrí que ha hecho —frente al ataque de los antibióticos— ¡bacterias mutantes! . Mueve una mano y hace el mar, y mueve la otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento.” . No y no... (Continuará)