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En alguna tortuosa ocación bajo la supervision de jefes de oficina dentro de una Institución del Gobierno Federal, propuse la creación de una Revista Oficial dónde podrían comunicarse las actividades de la misma y a la vez se podrían filtrar los contenidos que una institución SUPONE debe de comunicar a su población.
Suponían esos burócratas, hijos del culo, nacotes e ignorantes (mas que yo, solo que sin faltas de ortografía), que con sus gustos y con su pretendida cultura general podrian "decir algo" a su población cautiva del INSEN. Asi es... era una revista para ser leida por ancianos, casi todos infelices, mediocres y undidos en la depresion y la idea asistencialista del gobierno.
Y cuando digo " idea asistencialista del gobierno" me echo de pedos en la cara de mis jefes de oficina, que les gustaba mandarme a revisar contenidos teóricos de las distintas arenas de discusión en la politica y la administración pública.. osea imaginate a un culero burocrata, buscador de huesos, infiel a si mismo, lambe suelas, imaginatelo haciendome RESUMIR en proyectos que según estos jefes tenian, me pedian argumentar a Rawls, Bobbio y se sepa que otro obvio que tuve que leerme. Arggggghhhh.
EL PROYECTO INSTITUCIONAL Solo era un puto triptico, sustentado en desvelos, bomberazos y sumisión al siguiente jefe inmediato en una cadena absoluta de mediocridad, en fin.
Les propuse la creación de la revista que llamé TERCERA LLAMADA, los ojetes pensaban, en su pretendida fineza elegante, que se trataba de una referencia al teatro y los espectáculos, ya que en ella candelarizarían los eventos, las fiestas y las presentacion de diversos grupos musicales y en general cosas de entretenimiento.
Mis huevos!!! era llamada a la muerte, asi le puse por que estaba harto de ver como estos jefes de oficina se echaban a la bolsa a dos o tres lidercillos entre los ancianos y asi nadie molestaba... los demas, solo aplaudian cada vez que habia evento, reunión y pues toda esa mierda administrativa dónde hay microfonos, logotipos hechos con unisel y choferes que odian a sus jefes, joi joi.
La llamada a la muerte era para hacer ver, de alguna manera NO MESIANICA, que habria de existir alguna forma digna de saberse despedir, revolución en la ultima fila, el sprint! los ultimos 10 segundos del round, la ultima vuelta... ahuevo! REVOLUCION ENCANECIDA!!!
Era re dificl decir algo, además ¿que podría yo decir? a eso hay que sumarle el echo de que mis jefes me escudriñaban todo, habria varios jefes de mis jefes que tendrian a sus jefes observandoles, entonces se me ocurrió filtrar por medio de narraciones y observaciones cotidieans la necesidad de solvetarse así mismo un cambio definido por cada uno, armar un ejercito silencioso de jorobas y bastones, machas cancerígenas y dentaduras postizas, dicho propiamente: un EJERCITO DE LA MUERTE.
Asi lo hice, poco a poco, narrando observaciones cotidianas, primero de estilo suave y lleno de callejuelas lindas, patios recien lavados con masetas floridas, epoca de oro del cine mexicano (fascit pigs!!!), hueles de noche, consejos para la osteoporosis, refranes y canciones... y asi hasta que ya los tenia mareados ...TOMALA!!!
Narraba que mi gato no trabajaba y aun asi se la pasaba bien, que los jovenes solo querian el poder, que la gente no te valora si no te saca algun provecho, que las cadenas son invisibles por que no sabes que estas encadenado, que la vida podria ser mucho más que esperar la muerte.. ha cabron!!! estaba ya bien adentro de las casas de mis lectores, estabamos ellos y yo ... mas alla de esos putos jefes que ni sabian como sucedio todo, ni lo imaginan y creo ni lo sabrán.
Cada vez que el jefe me leia, se ponia rete envidiosos el culero y se enfrascaba a redactar párrafos y párrafos segun él bien frescos y llenos de optimismo critico.. arghhh!!! y yo, tenia que corregirselos, deja tu la ortografía que él tenia como valor indispensable de la vida (y seguro tu tambien .. ja)... lo peor era la redacción.
Cabron!!! miren que no soy un escritor profesional y quiza nunca lo seré, me gusta escribir si... pero tambien me gusta eyacular y nadie me lo aplaude.. les decia... este jefe (rete perfumado y trajeado el jijo de...), redactaba rete feo historias bien cebas sin conección, malisismas... segun evocando algo... (¿que seria ese algo?) empezé a correguir, a la buena, con animos de ayudar... otros ojetes tambien le entraban pero se les notaba que solo querian verse ahi publicados, malisimos tambien, corregia, casi desde el título hasta la despedida...
Me canzé y corregí cada vez menos, el jefe era quien se atascaba cada rato asi que le empezé a motivar a que dijera lo que sintiera, sin trabas, que se soltara... y lo asi hizo, comenzó a hacer referencia a los artístas poetas y escritores homosexuales mexicanos cada vez más, ja ja ... no mames cayo en la trampa.. un pinche jefe de oficina, cuarentón escribiendo de jotos que ni venian al caso, a los ancianos les importaba un cárajo que si Salvador Novo que si.. no mames... los ancianos y yo nos divertiamos de lo lindo, por que además que no se le entendia a los artículos del jefe, sus frases oficilistas y perfumadotas acorralaban bien chido!!! jaaaaaaaaaaaa.... la neta nunca fue problema para mi... personalmente solo tenia problemas con su joteria cuando se enojaba y se irritaba, por que se enloquecia explotando en ademanes, quejitas, lamentitos dónde era muy dificil no estallar a carcajadas frente a su jeta.
Cada número yo redactaba un artículo, una narración y la editorial, (aveces no, por que el jefe la queria hacer.. joi joi que chiiido), ademas me tocaba captuar todo: las cosas técnicas, fechas.. biografías y hasta me hacia el diseño gáfico, es decir esa revista era mia mia mia. Y cuando se dieron cuenta... yo ya habia renunciado y la revista tenian meses flotando al aire.
Recuerdo que cada tanto segun tocaba yo algun tema en particular, me empesaron a llegar cartas que cuidadosamente me las revisaban los jefes; eso era obvio, pero creo, los ancianos las encriptaban, pues sabian claramente que los jefes nada tenian que ver con nuestra revoltura y revolcada de burocratas rete chafas.
Era re chido leer las cartas de los viejos, oh grandes amigos de pluma, buenas gentes, creo logré decirles... "los jefes son unos pendejos abusivos" "la autoridad solo queire callarnos y despues ya calladitos meternos a sus estadísticas" lo sé por que las cartas era poemas de la vida, humor fresco, soltura y no esas actividades y manualidades con que los saturaban.
Un poema que me dedico un anciano fue el que decia que estaba feliz de saber como es que "ayudado de su par de lentes" podria cargar a sus nietos, y ayudado de su par de lentes podria leer mis artículos por que ayudado de su par de lentes, etc... je je me confezaba que le había habierto los ojos, sin quererlo se dio cuenta que la vida podria ser mejor sin la necesidad del ESTADO de una manera sutil, creativa y bonita...
No soy ni consejero, ni sabio, ni rebelde, ni homofobico, ni misógino, ni globalofobico, ni me late promover el no votar;es una puta mentira la democracia eso que ni que.. pero hasta Jefe de mesa en las votaciones he sido... como Curriculum dire que nunca he asisitido a alguna marcha, no soy mas anarquista que consumista, ni he leido más Thoreau que a Pablo F. Chrsitlieb (guena onda de profesor por cierto), tampoco sé preparar cigarros de mota y nunca he comprado cocaina, tengo dos hijos y dos años sin empleo.. estoy undido económicamente, debo 4 meses de renta y quiza me corten la luz...pero la verdad... he tenido chidos momentos y en esos tiempos.. solo por esas cartas al editor, me doy cuenta que mi labor, mediada con narraciones e historias, fue mi mejor carta invisible para esos amigos lejanos atrapados en la cárcel de la INSTITUCIONALIDAD.
Habia otros terrenos dónde tambien haciamos ligas entre nosotros, había puro humor y ratos chidos.
Putas instituciones que bueno que debajo de su fachadas, siempre habrá estructuras ocultas y simientos subterraneos dónde se comunican cosas, sentimientos de unidad y rebelion que hacen la vida, o por lo menos la de esos viejos, más interesante.
Atte Psicólogo Garrido (ja ja asi firmaba).
Dedicado a esos ancianos de clase media de la Ciudad de México (de las Colonias Roma, Condesa. Portales y la del Valle) que conocí y que creían que con tener cubiertos los gastos de su muerte, PODRÍAN YA OLVIDARSE DE VIVIR.