lunes, junio 09, 2003

intro



el pitito de marmol


Cualqueira sabe defenderse cuando esta enmedio de una situación que lo incomoda, hasta yo mismo; pero si lo que te incomoda es tu persona, tu forma de ser, tus actos y la sombra que proyecta tu silueta cansada de ti mismo, ¿que hacer? ¿como te defiendes de tí mismo?


Domingo por la mañana, uso mi penecito que patético se despierta adormilado y peresozo, lo despierto y lo hago trabajar (pensado fantasias mediocres y obvias: porno de los 80´s de revistas clasicas de playboy, estupideces nada creativas ni eróticas, tetonas, culitos, enamoramientos cursis, pasiones, lo guapo que le parezco a mis enemigas que me odian secretamente, misoginia retrógrada, nada de autocritica, puesto que me estoy masturbando y soy egoista, si estubiera pensando en las estrellas de la noche, me sentira triste o melancólico, soñaría con una mujer hermosa que me acompaña de la mano en un paseo por la playa, su embarzo de 4 meses nos une en un horizonte de amor).

Después, salgo hacia la sala de conciertos más cercana de mi casa, San Pedro debió de estar oliendo alguna pantaleta de alguna anima del santo purgatorio porque esa mañana si que estaba caliente, y cuando menciono la palabra: caliente no me refiero a los apasionamientos masturbatorios de la aburrida adolescencia, me refiero más bien a cierto hervideo de semen que me apretujaba los testículos como si fueran dos globos aerostáticos con mechones despeinados de colgantes pelambres cafés, a la moda masculina de una verga recién eyaculada.

Y ... que derrota es un pene sin fuerza, un penecillo dormido semeja más aun cervatillo capturado por una panocha leonesca que despues de semi devorarlo, deja los restos para que los buitres y las hienas lo devoren burlonamente, como plátano dominico seco, penes de carroña, pititos que dormitan como el pitito del David Miguel Angel, en su cárcel de mármol, la dureza y riguidez de la piedra de nada le sirve a ese gusanito fálico que reposa pensativo y sin circuncidar, al parecer que no le hicieron la famosa PELLEJOTOMÍA judeo-fálica, analicemos el caso.