Rumbo a mi trabajo casi simpre encuentro a un viejecillo que pide limosna, siempre que lo veo me alegra el dia, sobre todo porque con voz tierna y gentil me dice: "buenos dias joven" y casi siento que me saluda solo a mi, asi que le dejo algo de lo que tenga en los bolsillos, todas mis monedas, otras ocasiones billetes de 20 etc.
Hoy le di 200 pesos y me quede sin dinero para mi.
No se quizá era un enviado de Dios calculando si por fin hoy ayudaria a un desconocido, o era la muerte poniendome a prueba quien dira: "hasta mañana, se posterga tu hora"
Como sea, me da pie para poder contar mi historia a alguna mujer hermosa y que me diga:
"muy bien... alex"
a lo que responderé:
¿y tu buena accion?
cual sera?
¿por que no me besas ahora, yo que soy el limosnero de tus besos?
je