Para lograr el anhelado nivel del desparpajo es necesario ser un totalmente desparpajado, con cierta inventiva, danza y furia, pero nada mas, un desparpajado de la teoría y de la acción.
Las emociones, los colores, las risas y el llanto, son tan valiosos y contundentes, como el razonamiento y la demostración lógica de los argumentos verbales, numéricos o políticos.
Y es que las personas a veces adoptamos poses tan serias y tan dramáticas que nos volvemos totalmente aburridos, la propia voz adquiere un tono doctrinal y creemos que el mundo necesita de nuestras certezas y de nuestra predica, de nuestras conclusiones de la vida. No podemos disfrutar ya del azar, del error, de lo impredecible; claro por que creemos que ya lo hemos vivido, le damos demasiado importancia a nuestros sufrimientos, y nada mas valioso que nuestros puntos de vista, nuestros deseos y caprichos.
Por lo tanto nos volvemos intolerantes y también solitarios, creemos que somos tan únicos y especiales, con nuestros gustos y preferencias, ayudados de nuestro repertorio de objetos de consumo cultural que nos permitimos acceder.
Cuando sientas que algo así te pasa, cuando no te llamen los amigos, cuando no tengas nada de carisma y nadie quiera ya tu compañía; analiza bien las cosas. ¿tienes el talento y la sabiduria de Nietzche? ¿usas argumentos tan profundos como Schopenhauer? Si tu respuesta es “NO” Pues con ese ENORME NO recibes a la gente, quien poco a poco te evitara.
Nada mas tonto que el que desprecia a los demás, porque los demás somos notros mismos.