EL Conejo y la tortuga
En una ocasión una tortuga muy presumida retó a un conejo a unas carreras de velocidad, el conejo no puso demasiada atención pero accedió al reto. La competencia comenzó y al tortuga arranco con tanta furia que hasta incomodaba, su cara sudorosa, los pliegues arrugados de sus piernas pataleando tontamente eran un poco desagradables; el conejo estaba aburrido, nada le interesaba correr un tramo y demostrarle a la tortuga su rapidez, si fuera para huir de un lobo o escapar de un cazador otra cosa sería, pero esta patética tortuga, había puesto todo su empeño en la carrera. Así que el conejo decidió darle ventaja, la ventaja fue tanta que ya no pudo ganar la carrera, y pues nada paso, no seria menos rápido ni mucho menos. Solo era una carrera con la tortuga. Pero la tortuga y la bola de curiosos y metiches le dieron tanta importancia que hasta famosa y reconocida se volvió tal tortuga. Entendió por qué entonces seres absurdos desde la oscuridad critican y retan lo que admiran en los otros.
Un hombre pequeño
Había una vez un hombre pequeño que no sabia que era pequeño, hasta que un día salio a la calle a la compra de zapatos, como no encontró en las zapaterías números tan reducidos, fue a la tiendas de artículos infantiles, tampoco encontró en el departamento de bebes. Al final del día, mientras se probaba un par de zapatos en una juguetería de coleccionistas, quedo descalzo y se regreso a su casa.
Tres lunas
La luna tenía dos hermanas, una salía los fines de semana y otra en la semana. La verdadera Luna nunca salía, pero sus hermanas mentían y de vez en cuando respondían al saludo de los demás cuando decían, Hola LUNA... y ellas sin pudor alguno, respondían: Hola.
Miniaturas que roncan más fuerte que uno
Estaba ya casi dormido, y el ratoncito de hoja de lata no hacia más que roncar, lo intente despertar, pero roncó mas fuerte.. trrrrsss trsss eran sus ronquidos, pensé en darle más cuerda, pero eso sin duda empeoraría las cosas.
Tripulantes con dientes de oro
Había en ese barco puros tripulantes con dientes de oro, bueno por lo menos un diente tenían de oro, cuando comían se les notaba más, y como nunca sonreían pues no podías saber quien tenia dientes de oro sino hasta la hora de la comida.
Casa para colorear
Lleve mis colores a esa casa y me asignaron una habitación para dibujar, había una sola ventana, así que dibuje dos mas, como no tenia amigos también dibujé un gato y dos cocodrilos, al fina del día tenia tambien de comer y una enorme zapatilla de abuelita que no le puse agujetas. Lo mejor de todo fue que todos estábamos muy felices, me quedé dormido.
Un gato con bigotes como de tornillos
Este era un gato que tenía en vez de bigotes unos hermosos tornillos cromados, me seguía por la calle y además tomaba refresco de naranja en lata. Le encontré leyendo en una mesita. Me invitó a sentarme y pedí al mesero un café con dos cucharadas de azúcar. Supe entonces que era un sueño por que yo tomo el café sin azúcar.
Una pulga ladrona
Estaba armada, había robado una astilla de un palillo de la mesa y con eso amagaba a los demás insectos. “No llegara muy lejos” me dijo en voz baja una cucaracha que tenia las manos el alto y con uno de sus pies entregaba el reloj de plata que le había regalado su abuelo. La pulga se marcho y cuando estaba apunto de saltar y escapar... una nube de flit la dejó fuera de combate, entonces de su costal cayeron tres corcholatas, un ojo de vidrio, una maquina para depilar, una fotografía en sepia de una antigua mosca victoriana y si, tambien encontramos el reloj de plata y mi microscopio con que lo veía todo.
El niño y la sandia
Estaba un niño comiéndose un pedazo de sandía, no volteaba más que para escupir los huesos en un botecito que tenia a su lado, de pronto una gran nube paso acalorada por ahí y se le antojó un pedazo de sandia. “Oye niño, me das un pedazo de sandia” grito la nube, el niño volteó, pero solo para escupir mas huesos.
El guitarrista Ebrio
Era un linda y delgada mujer con un rostro inolvidable, de ojos grandes y labios carnosos, hermosa de todos lados. Se esfumó entre la gente y el bullicio. Nunca mas supe de ella, se me había acercado sólo para decirme que era yo un estupendo guitarrista. Era la más preciosa mujer que recuerdo de todas mis noches en aquellos conciertos. Como era yo joven, solía abusar del alcohol y de las grandilocuencias que se asocian a éste, una sola vez la vi y desde entonces cada noche que toco mi guitarra para el público, la busco entre la gente.
Beneficios de tener una maquina de textos
Gozo de los beneficios mas textuales posibles, puedo matar a un pájaro de dos tiros, puedo esforzarme y estar cada día al pie de la letra... si es necesaria la exactitud, yo cumplo al piel del cañón las cosas, y para algunos que me no me creen, les puede salir el culo por la tirata.