.
Ya no recuerdo las implicaciones morales de un mundo decadente a través de las retorcidas líneas proféticas del texto "NAKED LUNCH", no recuerdo si hablaba de aventuras con las drogas, de los parajes exóticos del Tánger, ni tampoco si el lenguaje humano era un virus que viajaba a través de las constelaciones del infinito.
Lo que tenía claro del Tánger era el sabor Tangerina en polvo que podría endulzar mi bebida, no me quedé mirando la punta de mi zapato por ocho horas ni tampoco encime cajas y cajas de pizzas en alguna habitación.
Subí al PEN HOUSE del lujoso edificio de oficinas en el que trabajaba, estaba en renta y estaba vació, enormes ventanales ofrecían una vista panorámica de toda la Gran Tenochtitlán, era un día despejado y a lo lejos el reflejo del toldo de los autos me parecían lomos brillosos de delfines flotando sobre los puentes que surcan la ciudad.
Me encontraba solo, otras veces, no se por que me excitaba estar solo, quizá algún cable mal puesto en mi cabeza, no se pero me ponía caliente cuando me quedaba solo en casa, hacia mucho que eso no me pasaba, quizá es que ahora vivía solo y no habría quien me dejara a solas, ni se.
Solía subir a ver la ciudad y comer mis alimentos a la hora asignada en el horario de trabajo, me despertaba como a las 6:30 para preparar mi Lunch, otras veces solo reunía la comida instantánea que se podría calentar después con el microondas o agregando agua caliente.
Las sopas Maruchan y los toppers-wares ahora eran parte de mi rutina diaria, desayunar masa frita y ese café asqueroso de la maquina del comedor. Estos oficinistas podrían gastar mucho dinero en sus perfumes, en sus carros o en su máquinas portátiles; sin embargo la mayoría de sus pretenciosos gustos eran de poca gracia. En su música, sus ropas y sus charlas podrías encontrar carencia, tristeza y consumismo diseñado para un público apenas si con tiempo libre como para darse gustos menos inmediatos y con más invetiva que un celular con tonos que pueden conseguir en Internet.
Intentaba darle algo de contenido a mi forma de expresar mis experiencias a lo largo de mi vida encerrado en oficinas, elevadores, trasportes atestados de caras amargas y miradas tristes; pero no sabia como hacerlo, mis reflexiones eran fragmentadas, llenas de interrupciones teóricas y algunas no tanto, quiza algunas copiadas o heredadas de lecturas de narrativas divertidas.
No sabia como darme un tiempo para localizar mis referencias a las cosas que vivía, o me las callaba o simplemente lo hacia al vuelo.
No era lo mío narrar con cautela el andar de una mujer para después atacar con frases tipo: “su culo tenia menos años que ella, pero sin duda ella era mas vieja y amargada que yo” ... es divertido lograr metáforas que siempre entretienen la imaginación pero suele suceder con bastante frecuencia que en la literatura solo se buscan las metáforas imaginativas forzando gráficamente el despertar fortuito de toda una visión del mundo hacia el lector, para mi intentar decir: “el sol era un huevo frito reventado sobre los edificios de cristalina soledad” me puedría aburrir antes de escribirlo siquiera.
Sin embargo muchas veces lo hacía.
Tenía sobre todo ganas de simplemente salir de paseo, y así fue. Solo subí unos diez pisos en elevador hasta el PH y sucede... me quedo de pie frente los enormes cristales que contienen la explosiva ebullición de toda esa enorme masa olorosa llena de humo y edificios, mi INSTAN LUCH no me ayuda mucho para eso de las reflexiones visuales como podria ser una Naked Dinner, que .. oh... por cierto hoy sospecho tendré.
Notas de un oficinista cualquiera lleno de soledad y odio.
.