
“Por que he de preocuparme por la posteridad si ella no ha hecho nada por mi”
Y así pasaban las tardes soleadas llenas de risas y cantos, descansando bajo las sombra de los árboles.
Mas tarde cuando las espigas se convertían en brasas ardiendo cuando al caer la tarde el sol iluminaba color naranja el cielo como amable despedida nuestra amiga Cigarra dormía una amable y reponedora siesta, solo para despertar por la noche fumando sus cigarros (de ahí el apodo de Cigarra).
Siempre acompañado de señoritas que paseaban a la luz de una luna calida y somnolienta, cantaba un poco más para dejar que los sueños tuvieran suaves melodías para ser acompañados.
No es difícil imaginar que esta Cigarra tenia sus enamoradas, y que despertaba los celos de varios laboriosos insectos que mientras él cantaba acompañado de jóvenes siluetas que languidecían seducidas por su hermosa voz, estos insectos solo sudaban y despedían olores a cansancio y mal humor.
Uno de ellos era la Hormiga, quien era dueño de la tienda de abarrotes del pueblo, trabajaba todo el día llenando sus enormes bodegas de provisiones, sin embargo ni era feliz, ni era amable, ni era entretenido, solo estaba obsesionado por acumular; lleno de envidia, calvo y correoso de manos, decía a la Cigarra cuando esta llegaba a su tienda a la compra de cigarrillos:
“Llegará el día en que tus cantos no sean tan hermosos y que las regalías de tus discos no te ayuden ni para pagar la renta, que la piratería arruine tu carrera de artista y que tus canciones sean distribuidas gratis por mp3 ”
A lo que la Cigarra respondió:
“Y si … claro que eso puede pasar, nadie tiene su vida feliz asegurada, tendré entonces que buscarme la vida de otro modo, ya no soy tan joven, y buscaré por mis propios medios salir adelante, usted tiene su vida segura y sus sueños no son más que el seguir trabajando, le felicito, solo sé que la envidia que usted me tiene, es quizá porque se fija más en mi y las cosas que hago que en disfrutar de su propia vida, no parece que las frases de que el trabajo dignifica, y que uno es feliz si le gusta su trabajo sean reales, mas bien son puros cuentos y usted es nada más que un amargado”
Para la Cigarra no era la primera vez de que alguien cuestionara sus gustos y proyectos, otra ocasión los padres una linda novia le habían …. Bah ¡ olvídenlo…
Entonces la cigarra se dio vuelta, tomando de las caderas aquella joven hormiguita tan dulce y sexy, carnosita y llena de color y suavidad… encendió su cigarrillo y dejo que el hermoso humo azul fuese el pañuelo de despedida de esa tarde…
Siguió su vida y aunque en ocasiones en el invierno no tenía la mejor de las suertes, bien podría recuperarse y cada verano disfrutar de las cosas que más gustaban, tales como cantar reír y fumar.
Alex Garrido.
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